“Piense en la correspondencia… Antes las cartas eran importantes, evidentemente, por lo que se leía en ellas. Pero en una relación amorosa, por ejemplo, también existían el horror y la fascinación que suscitaba la espera de la carta. […] Hoy día, con el correo electrónico, incluso una relación amorosa se sitúa de alguna manera, en una especie de presencia: enviamos un correo, lo recibimos enseguida, respondemos inmediatamente. Por lo que a mí respecta, para los intercambios culturales esta muy bien. Pero no sé si los amantes serán más felices sin el desgarro de la espera…”
Umberto Eco. Citado en Soutif, D.,
"¿Serán los amantes más felices
sin eldesgarro de la espera?".
En Art i temps, CCCB.
Hace algún tiempo tuve la oportunidad de investigar sobre la concepción íntima del tiempo y del espacio partiendo de una intuición personal sobre la temporalidad; en aquel momento recuerdo haber escrito una “brevísima anotación al tiempo”:
Este tiempo que nos sitúa en una posición de incertidumbre e indeterminación y donde las referencias de causalidad y la certeza se han borrado un poco.
Tiempo de lo renovable, de lo desechable, de la inmediatez y del impacto como sustitutos de la contemplación y de lo persistente. Tiempo de cambio de piel, de crisis, de renacer, de acabar y de esperar.
La anotación quedó perdida en un sinfín de páginas que sirvieron de sustento a Terreno Llano -una instalación audiovisual que me entretenía y no acababa-; pero la sensación de vivir en un presente continuo e irreferenciado me derivó a concluir que es real el cambio en el uso e idea del tiempo y espacio en la época actual.
Augé argumenta en Los no lugares que la aceleración del tiempo es precursora de una de las transformaciones del mundo contemporáneo que llevan a nombrar la etapa actual como hypermodernité (sobremodernidad). El tiempo hoy se caracteriza por su ininteligibilidad debido a la pérdida de sentido de progreso. Esta pérdida se asocia a los acontecimientos históricos y a la necesidad de la búsqueda de identidad en elementos de un pasado cercano no comprensible y un pasado lejano excesivamente distante como para reconocerse en él.
Pero, ¿qué provoca esta aceleración? Una respuesta posible para Augé es la hiperabundancia de acontecimientos que somos capaces de asimilar. Si se da un acontecimiento de relativa importancia para el hombre, se debe buscar la causa; se tiene que explicar históricamente para darle sentido. La facilidad para conocer acontecimientos es mayor porque las vías de comunicación son veloces. La historia se escribe mientras acontece y lo que acontece debe cobrar sentido en el momento de suceder. Cada persona se siente parte de la historia porque participa como nunca antes de la misma gracias al acceso a la información. Este es el punto en el que se torna compleja la relación de cada individuo con el resto de los acontecimientos de los que tiene noticia sin que su individualidad no se vea afectada.
Ahora somos partícipes de las diferentes temporalidades que conviven alejadas unas de otras y las relacionamos. Podríamos decir que el mundo se achica y el tiempo se multiplica. Con cierta nostalgia romántica descubrimos que no seremos el viajero entre un mar de nubes sobrecogido ante un paisaje sublime nunca antes explorado. Pero, también podría ocurrir que el exceso de referencias –la aceleración- nos haga sentir realmente faltos de un asidero cómodo, asimilable y reconocible.
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Caspar David Friedrich, "El caminante sobre el mar de nubes" |
Informado, desinformado
Experiencia, inexperiencia
Contacto, ausencia de contacto
¿Llegaremos todos a alcanzar ese asidero? Y si llegamos, ¿sabremos usarlo? Si está muy alejado, será complicado alcanzarlo y nos costará mantener el equilibrio durante el viaje. Algunos se verán privados del acceso a esta ayuda, a esta herramienta útil. Sólo, a lo mejor, prueban a estirar sus brazos y su cuerpo, logrando alcanzar el asidero de puntillas.
Aprehensible
Los medios digitales propician una nueva forma de relación, de situación y de presencia del individuo en la sociedad. Por ejemplo, diremos que Internet es practicable, participativa, opinable, extensa, accesible. Pero, el desfase –generacional, de poder, educacional, económico- se ha trasladado del escenario analógico al digital y entre ambas realidades existe una relación de retroalimentación que las hace avanzar y diluirse en algunas fronteras.
La sociedad avanza siempre –no discutiremos el sentido-, no espera al que se entretiene; pero, siempre fue así.
Grieta y/o pliegue
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Doris Salcedo, "Shibboleth" |